Dicen que "después de la tormenta viene la calma" y nunca había sido esto más cierto que en el caso de Kalimba, quien el año pasado enfrentó una demanda por violación que lo llevó a la cárcel, y de la que salió libre al final.
"He aprendido a no dejar que el tedio se apodere de mí. Dejamos de ver cosas chiquitas y nos olvidamos de los sueños de la infancia. Tal vez alguien sueña con ser cantante y cuando lo consigue, con el paso del tiempo ya no le significa nada", reflexiona el ex OV7 sobre las cosas que lo hacen feliz.
Sobre la prensa, que jugó un papel muy importante en la difusión de su caso, el intéprete de Tocando fondo destaca que tanto los medios de comunicación como los artistas comparten la responsabilidad de lo que se informa.
"Yo preguntaría: ¿A quién echarle la culpa, a los artistas que primero decidimos hablar de nuestra vida privada o a la prensa, que no le importa la música pero sí lo privado? Creo que es un juego de todos. Yo no juzgo a nadie; es parte de la industria", concluyó el músico, quien lanzará próximamente un CD con su banda The Fishes.
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